Podríamos estar hablando de dos esquinas cualquiera
de la Ciudad, pero están lejos de serlo. Son dos esquinas emblemáticas del
barrio de Retiro con hitos arquitectónicos que rompieron con los paradigmas de
la época: Paraguay y Esmeralda y Paraguay y Suipacha.
El arquitecto Bonet, discípulo de Le Corbusier, llegó exiliado a la Argentina en 1938 y se asoció con los arquitectos Hardoy y Kurchan, también sus discípulos, para formar el Grupo Austral, un grupo de arquitectura moderna que buscaba caminos alternativos para ella. A él se sumaron otros diez arquitectos, entre ellos López Chas y Vera Barros con los cuales Bonet construyó un edificio con “estudios y talleres para artistas”, tipología que no existía en la Argentina, en la esquina de Paraguay y Suipacha, en un terreno que pertenecía a Vera Barros. Si bien el edificio tomó las características del movimiento moderno e incorporó elementos del contexto argentino, lo más impactante fue la aparición de la fachada y cornisa sinuosas y los vidrios en su envolvente exterior, en un país que todavía no se aventuraba en esos derroteros. Y, si bien se adaptó al damero, adquirió plasticidad por el uso de las formas y materiales. Contaba con cuatro locales con vidrieras curvas y estructura metálica en la planta baja, y siete estudios en los pisos superiores de doble altura. El hormigón se combinaba con diferentes tipos de vidrio, transparente, translúcido y ladrillos de vidrio, en su variante de fijo, abrir y basculante. La esquina rompió con el chaflán para ser tomada por una curva resuelta, en el primer piso con láminas verticales giratorias de metal y corcho que regulan la luz desde el interior y, en la parte superior, con una viga curva que genera un vacío donde hay una terraza para el esparcimiento de los artistas. Transparencia y opacidad, curvas y rectas generan un dinamismo desconocido hasta la época. Su interior no es menos importante por el uso de la doble altura, la bóveda y la diversidad de texturas, transparencias y brillos.
Por otro lado, en Paraguay y Esmeralda hay tres esquinas con edificios neoclásicos, movimiento que rompió con los valores filosóficos y estéticos de la antigüedad clásica, que consideraba al barroco y al rococó de esa época excesivos, confusos y recargados. Esto deja lugar a la aparición de un movimiento artístico y literario, que surgió a mediados del siglo XVIII y abarcó hasta el siglo XIX, donde predominaban la razón, la moral y el progreso. Una arquitectura fría, de líneas rectas y reaccionaria a los excesos es su característica. Por otro lado, en la cuarta esquina una llamada a la modernidad, el edifico Bellini que reúne una plaza pública con bancos e iluminación, residencias y oficinas y que llegó para mejorar y activar una zona deprimida en los últimos tiempos.
Sobre la calle Paraguay encontramos también el Instituto y la Catedral de San Marón, construidos de acuerdo al estilo arquitectónico de los edificios religiosos libaneses, pertenecientes a la congregación de misioneros libaneses maronitas. Para ello se trasladaron alrededor de quinientas veinte toneladas de piedras por barco desde las montañas libanesas, que forman un almohadillado con líneas de colores alternados. El trabajo de tallado y encaje de las piedras en Argentina fue realizado por 7 artesanos libaneses. Su frente nos muestra un arco de herradura apuntada y el portón de acceso de metal pintado con terminación bronce, una galería decorativa con siete ventanas de arcos peraltados y el campanario que culmina con una cruz de bronce.
Como ya saben, nunca termino sin pensar donde tomaremos el cafecito, soy adicta y reconozco que corre por mis venas. ¿Será en la plaza del edificio Bellini que tiene una gran oferta gastronómica? ¿O en la famosa confitería Saint Moritz que funciona desde el año 1959 justo enfrente? Allí Borges acostumbraba a encontrarse con su madre, Leonor Acevedo, en la época en la que solo vendían sándwiches de pavita y variedad de masas para el té... Mmm ¿gran dilema verdad? Pero hoy no se los voy a contar, lo decidiremos ese día. Preparen sus lápices que allá vamos a una nueva aventura.
El arquitecto Bonet, discípulo de Le Corbusier, llegó exiliado a la Argentina en 1938 y se asoció con los arquitectos Hardoy y Kurchan, también sus discípulos, para formar el Grupo Austral, un grupo de arquitectura moderna que buscaba caminos alternativos para ella. A él se sumaron otros diez arquitectos, entre ellos López Chas y Vera Barros con los cuales Bonet construyó un edificio con “estudios y talleres para artistas”, tipología que no existía en la Argentina, en la esquina de Paraguay y Suipacha, en un terreno que pertenecía a Vera Barros. Si bien el edificio tomó las características del movimiento moderno e incorporó elementos del contexto argentino, lo más impactante fue la aparición de la fachada y cornisa sinuosas y los vidrios en su envolvente exterior, en un país que todavía no se aventuraba en esos derroteros. Y, si bien se adaptó al damero, adquirió plasticidad por el uso de las formas y materiales. Contaba con cuatro locales con vidrieras curvas y estructura metálica en la planta baja, y siete estudios en los pisos superiores de doble altura. El hormigón se combinaba con diferentes tipos de vidrio, transparente, translúcido y ladrillos de vidrio, en su variante de fijo, abrir y basculante. La esquina rompió con el chaflán para ser tomada por una curva resuelta, en el primer piso con láminas verticales giratorias de metal y corcho que regulan la luz desde el interior y, en la parte superior, con una viga curva que genera un vacío donde hay una terraza para el esparcimiento de los artistas. Transparencia y opacidad, curvas y rectas generan un dinamismo desconocido hasta la época. Su interior no es menos importante por el uso de la doble altura, la bóveda y la diversidad de texturas, transparencias y brillos.
Por otro lado, en Paraguay y Esmeralda hay tres esquinas con edificios neoclásicos, movimiento que rompió con los valores filosóficos y estéticos de la antigüedad clásica, que consideraba al barroco y al rococó de esa época excesivos, confusos y recargados. Esto deja lugar a la aparición de un movimiento artístico y literario, que surgió a mediados del siglo XVIII y abarcó hasta el siglo XIX, donde predominaban la razón, la moral y el progreso. Una arquitectura fría, de líneas rectas y reaccionaria a los excesos es su característica. Por otro lado, en la cuarta esquina una llamada a la modernidad, el edifico Bellini que reúne una plaza pública con bancos e iluminación, residencias y oficinas y que llegó para mejorar y activar una zona deprimida en los últimos tiempos.
Sobre la calle Paraguay encontramos también el Instituto y la Catedral de San Marón, construidos de acuerdo al estilo arquitectónico de los edificios religiosos libaneses, pertenecientes a la congregación de misioneros libaneses maronitas. Para ello se trasladaron alrededor de quinientas veinte toneladas de piedras por barco desde las montañas libanesas, que forman un almohadillado con líneas de colores alternados. El trabajo de tallado y encaje de las piedras en Argentina fue realizado por 7 artesanos libaneses. Su frente nos muestra un arco de herradura apuntada y el portón de acceso de metal pintado con terminación bronce, una galería decorativa con siete ventanas de arcos peraltados y el campanario que culmina con una cruz de bronce.
Como ya saben, nunca termino sin pensar donde tomaremos el cafecito, soy adicta y reconozco que corre por mis venas. ¿Será en la plaza del edificio Bellini que tiene una gran oferta gastronómica? ¿O en la famosa confitería Saint Moritz que funciona desde el año 1959 justo enfrente? Allí Borges acostumbraba a encontrarse con su madre, Leonor Acevedo, en la época en la que solo vendían sándwiches de pavita y variedad de masas para el té... Mmm ¿gran dilema verdad? Pero hoy no se los voy a contar, lo decidiremos ese día. Preparen sus lápices que allá vamos a una nueva aventura.
Sandra Machado
Silvia Simonit
Luis Marcellini
Eduardo Liserra
Eleonora Dorrego
Eduardo Calocero
Claudio Perez Rey
Martha Da Costa
Cesar Robles
Adhemar Orellana Rioja
Victoria Braunstein
Adriana Pedraglio
Ricardo Gersbach
Graciela Garzoli
Juan San Gil
Dora Rud
Cesar Malluk
Irina Fallik
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