Hablar del
ingreso de caballos en la Argentina, es hablar de la época de Pedro de Mendoza
y la fundación de Bs. As. en 1536. Desde aquel entonces los amantes de los
caballos pura sangre se convirtieron en amantes del turf. Las primeras carreras,
llamadas “cuadreras”, se remontan a fines del siglo XVII y principios del XVIII
y se realizaban en espacios rectos de corta distancia. El aumento de público
hizo que se creara, en 1857, el “Circo de las carreras”, en el barrio de
Belgrano, donde se celebraban las carreras inglesas, entre las calles Pampa,
Cramer, Meliá y Mendoza. Dejó de funcionar cuando se lotearon los terrenos para
la construcción de la estación Belgrano R del ferrocarril y comenzó a
extenderse el poblado. Luego apareció el “Hipódromo Nacional o de Belgrano” en
el barrio de River, hasta que, en mayo de 1876, se inauguró el “Hipódromo
Argentino”. Era un campo de 60 hectáreas y tenía una pista de 28 metros de
ancho con un recorrido de 2400 metros. A diferencia de otros de similar
importancia, como el de Longchamps en Paris y los de Ascot y Epson en
Inglaterra, tenía la ventaja de estar en plena ciudad y a poca distancia del
centro. Se ubicó sobre la Avenida Vértiz, hoy del Libertador y, en el año 1953
se le agregó a su nombre el del barrio y pasó a llamarse Hipódromo Argentino de
Palermo.
Se construyó en terrenos lindantes al Parque Tres
de Febrero que pertenecían a los alfalfares de la quinta de Rosas, en un predio
llamado Potrero de la Policía, un poco más allá del arroyo Maldonado, zona
pantanosa y de bañados. Fue una iniciativa entre la Sociedad Hipódromo
Argentino y la Municipalidad de Bs. As, dueña de los terrenos. Su inauguración
contó con 10.000 personas, desde gauchos hasta señoritos ingleses y el primer
caballo ganador se llamó Resbaloso. El edificio original consistía en una
tribuna con cúpula para 1.600 personas, 40 palcos para familias y enormes
jardines y fue realizado bajo la dirección de Nestor Paris. En 1908 se inauguró
la tribuna actual, para 2.000 personas y el portal de acceso en estilo
neoclásico, obras del arquitecto francés Louis Fauré Dujarric. En 1911 se
inauguró la Confitería Paris ya que el establecimiento no solo contribuía a la
expansión de la raza caballar pura sangre sino también al esparcimiento de la
sociedad porteña. Sin embargo, las reuniones eran esporádicas ya que dependían
del estado del tiempo.
A lo largo
de los años se hicieron muchas mejoras. El sistema de largada que consistía, en
sus orígenes, en un abanderado que indicaba el inicio al grito de “¡Vamos!”,
pasó en 1918 a un sistema mecánico con cintas de trapo y en 1967 se
introdujeron los partidores con sistema automático de puertas gateras. También
se mejoró el sistema de drenaje natural para que pudiera ser usado los días de
lluvia y su pista de arena de cava es una de las mejores del mundo. En 1971 se
agregó la iluminación de la pista y en 1978 la primera mujer jocketa Marina
Lezcano ganó la cuádruple corona con el caballo Telescopio.
En 1882 el
predio fue cedido al Jockey Club, pero se extinguió en 1974. Sin embargo,
durante los primeros años de la década de 1920 la belle époque también llegó al
Hipódromo. Presidentes, actores y socios del Jockey transitaban por él: ellas
de largo, miriñaque y sombrilla y ellos con riguroso traje y sombrero como el
bombín, que acababa de llegar de Europa. La tribuna oficial era ocupada por la
alta sociedad, pero el tiempo se encargó de mezclar a los amantes del turf y el
espectáculo de los caballos con los simples burreros que iban a salvar el día. Después
de varias intervenciones del estado, finalmente en 1992 se decidió su
privatización a cargo de la empresa Hipódromo Argentino de Palermo S.A.
iniciándose una época de inversión, mejoras tecnológicas y edilicias, entre
ellas el cierre de la tribuna oficial y la colocación de aire acondicionado en
ella y el mejoramiento de la confitería, que pasaron a ser patrimonio
arquitectónico de la ciudad. También se incluyeron máquinas tragamonedas.
El momento
de la largada llegó. Se abren las gateras y comienza la carrera. Croquiseros
avanza sin parar, toma la delantera, es el favorito de la temporada, nadie
puede sobrepasarlo, las apuestas lo favorecen. Todos intentan dejarlo atrás,
pero no pueden alcanzarlo. Avanza por el lado interior de la pista sin aflojar,
últimos 250 metros, llega a la recta final y sigue adelante,
¡vamos!¡vamos!¡vamos! ¡Siiiiiii! ¡Croquiseros ganoooooooooó… el Gran Premio
Konex!!!!!!!! La tribuna se viene abajo de la emoción y los aplausos. Señores,
Croquiseros paga las apuestas el próximo sábado. ¡¡¡¡¡¡¡No se lo pierdan!!!!!!!
Sandra
Machado
Eleonora Dorrego
Eduardo Smudt
Claudio Perez Rey
Adhemar Orellana Rioja
Eduardo Liserra
Stella Maris Dotti
Carlos Saenz
Hernan Reyes
Manuel Dominguez
Irina Fallik
Gaby Terzano
Marita Salas
Adriana Pedraglio
María Isabel Romero
Chuni Torrassa
Elisa Laferriere
Walter Runza
Coco Rasdolsky
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