En el año 1770, la Av. Callao nació como El Camino de las Tunas. Apenas, una huella polvorienta en un terreno pantanoso que atravesaba una franja rural alrededor de la ciudad. Zona que, Juan de Garay, había destinado a pastoreo y agricultura en 1580. Camino obligado de carretas y carruajes provenientes del norte y salpicado de quintas que desviaban el recorrido a su paso. El ganado cimarrón que lo recorría en aquel entonces, era un problema para la ciudad y, para que no ingresara en las propiedades, los vecinos armaban cercos de tunas, convirtiéndolo en un camino vistoso, pero espinoso y peligroso para jinetes a caballo. El virrey Cisneros, en 1809, intentó obligarlos a retirarlos, bajo amenaza de expropiarles sus tierras. Los vecinos lo ignoraron, el virrey dejó su cargo y allí quedaron las tunitas.
El camino de las Tunas se convirtió, entonces, en una barrera de clases sociales, de un lado las familias de alcurnia y, del otro, los peones, mulatos y matarifes, que serían los encargados del nacimiento del tango. En 1888 comenzaron las tareas de pavimentación del Boulevard Callao, con adoquines de madera y, en el centro, se colocaron faroles franceses, primero a gas y luego eléctricos, para dividir ambas manos e iluminar las mansiones que iban surgiendo. Y recién 100 años después, se concretó esa avenida de circunvalación que soñaron nuestros próceres, pero no fue Callao sino la Av. Gral Paz, realizada entre 1937 y 1941.Hoy podemos dividirla en 3 partes:
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entre Av. Rivadavia y Corrientes, está el
sector político; encontramos el Congreso, varios edificios bancarios, como el
Banco Provincia y el Nación; la casa Moussion, con fachada de ventanales curvos;
el Hotel Savoy y la Confitería El Molino, con su cúpula de hormigón y sus
fachadas de mosaicos, hoy restaurada completamente por el Gobierno de la Ciudad.
Es la zona más antigua, la zona del
puchero, las empanadas y el billar.
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entre Av. Corrientes y Av. Santa Fé, el
educativo; con la Escuela Normal Superior D. F. Sarmiento; el Colegio y varias
sedes de la Universidad del Salvador; la escuela Antonio Bermejo; el colegio de
La Salle; la escuela Lenguas Vivas R. S. Peña; el Instituto del Carmen; el
Colegio Carlos Pellegrini y el Ministerio de Educación, frente a la Plaza
Rodríguez Peña. Zona diferente, un poco más moderna, la zona del vermouth, los
libros y el jazz
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entre Av. Santa Fé y Av. del Liberador,
el residencial. A partir del año ´40 la arquitectura fue cambiando, optándose
por materiales más modernos, dejando de lado la arquitectura tradicional
europea academicista y volcándose al racionalismo. La numeración de la calle aumenta
y, también, el metro cuadrado. Se destacan el edificio Los Galgos y una torre
en la esquina con Juncal. Zona del “Callao Trendy”, comida de autor, sushi,
cocinas en vidrieras y bares. Zona mucho más joven e innovadora.
Una hermosa avenida que cuenta nuestra historia,
unida por una extensa actividad comercial. Sin embargo, la decadencia llegó a
finales del siglo XX. Cerraron tiendas como el Bazar Dos mundos. El Hotel Savoy,
se transformó en discoteca y el Bauen, inaugurado para el Mundial de football
´78, hoy está en manos de sus empleados. Actualmente declarada como Área de
Protección Histórica, en el año 2009, por el Gobierno de la Ciudad de Buenos
Aires, nace en el límite de los barrios de Balvanera, San Nicolás y Montserrat
y, en la Av. Córdoba, ingresa en el barrio de Recoleta.
En su recorrido encontramos infinidad de edificios construidos
entre 1880 y 1940, cuya arquitectura exquisita nos deleita. Imposible
nombrarlos y describirlos a todos. pero las cúpulas abundan por doquier. Es una
avenida con pocos árboles y, los que hay, no son de gran tamaño, por lo que la
vista en su longitud es abierta. El final está marcado por el Parque Thays, en
uno de los extremos y el MARQ, museo de Arquitectura, en un edificio del
ferrocarril. Su recorrido va de espacios centenarios y populares a otros
vanguardistas y sofisticados. En el ranking de avenidas, nunca será emblemática
como 9 de Julio o Corrientes ni tan larga como Libertador o Rivadavia, pero
está marcada por contrastes y diferencias, con lugares que muestran decadencias
y otros que renacen con esplendor, soportando las disparidades de la economía
argentina y, hoy encima, de la pandemia.
Dicen por ahí, que en la Av. Callao hay que caminar
mirando hacia arriba para poder apreciarla y, también, dicen por allá, que los
arquitectos estamos un poco locos. Tal vez, en esta salida, podamos unir ambas
cosas y mientras la recorremos, ir cantando bajito “Balada para un loco” de
Astor Piazzola:
"Ya sé que estoy piantao, piantao, piantao, no ves que va la luna rodando por Callao, que un corso de astronautas y niños, con un vals, me baila alrededor ...!Bailá! !Vení! !Volá! ... Y yo le agregaría ... de paso !Dibujá!
Arq. Sandra Machado
Rubén Cipolla
Clara Gonzalez Bolognesi
Alex Sahores
Carina Amarillo
Eduardo Liserra
Eleonora Dorrego
Roberto Francella
Maria Catalina Alberto
Maria Isabel Romero
Marita Salas
Irina Fallik
Ricardo Antar
Alfredo Szmulewitz
Adriana Pedraglio
Sandra Massazza
Hector Cavaliere
Silvia Simonit
Carlos Bay
Cesar Murga
Laura Gerlero
Sonia Pesajovich
Liliana Slutzky
Alicia Gelpi
Matias Schisano
Magdalena Eggers
Martha Privitelli
Carlos Saenz
Stella Dotti
Marina Medina
Rodolfo Frolik
Gustavo Colotto
Victoria Braunstein
Fito Besada
Oscar Hernandez
Silvia Alvarez Bello
Juan Carlos Di Filippo
Coco Rasdolsky
Adhemar Orellana Rioja
Mabel Spitaleri
Cecilia Bat
Celia Guevara
Gaby Terzano
Manuel Dominguez
Sandra Tabera
OZ Alvarez Rojas
Edgardo Minond
Leonardo Russo
Daniel Venturini
Carlos Daniel Marino
Cristina Monmany
Claudia Fueyo
Elisa Laferriere
Cesar Malluk
Monica Verduri
Delia Cardone
Dora Rud
Hernan Reyes
Edith Mandarano
Marta Prigoshin
Sandra Machado
Sandro Borghini
Juan San Gil
Marvina Fernandez
Diego Escarra
Mono Gersbach
Luis Marcellini
Laura Vacs
Mariano Manikis
Eduardo Smudt
Carlos Ford
Chuni Torrassa
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