¿Quién de nosotros no desciende de un inmigrante? Creo que
casi todos, ¿verdad? Pero, seguramente, no tenemos idea de lo que pasaron
nuestros antepasados al llegar aquí. ¡Lo difícil que habrá sido la decisión, en
aquel momento, de viajar rumbo a lo desconocido! Hoy muchas personas emigran de
nuestro país y es difícil a pesar de que la modernidad en general les ofrece
todos los beneficios y pueden saber todo de antemano ¡gracias al bendito
Internet! ¿Se imaginan viajar a un lugar del otro lado del mar, hacinados en
barcos durante días, sin saber lo que les esperaba, solo movidos por la
esperanza? ¡Qué hazaña! ¡Qué coraje! Porque lo que para ellos era la ilusión de
un futuro mejor, aunque incierto, para las compañías navieras era solo un
negocio muy lucrativo. Y a pesar de todo, entre 1830 y 1930 millones de
europeos emigraron hacia América.
Desde el año 1821 se comenzaron a implementar leyes en
Argentina para promover la inmigración, sobre todo de jóvenes, ofreciendo
beneficios por instalarse en nuestras tierras. Pero la Ley N°817 del año 1876, llamada
Ley Avellaneda, fue la que definió, finalmente, que toda aquella persona que
llegara en barco a vapor o a vela, en tercera o segunda clase, menor de 60
años, libre de enfermedades o defectos físicos era considerada inmigrante. ¡Guau!
Suena un poco fuerte ¿no?, pero esta ley dio un gran impulso a la inmigración y
a la colonización, tal es así que en las últimas décadas del S. XIX se
produjeron fuertes oleadas migratorias que necesitaban albergue.
El Hotel de Inmigrantes que conocemos hoy no fue el único. En
el año 1857 se inauguró el primero en la esquina de la Av. Alem y Corrientes.
Hubo luego asentamientos provisorios a donde los inmigrantes fueron trasladados
para separarlos de los afectados por las enfermedades y epidemias y cuyo uso
fue temporal, como el Asilo de Palermo, el ubicado en La Quinta Bollini o el de
San Fernando. En 1881 se inauguró el segundo edificio en la calle Cerrito,
entre Juncal y Arenales, y más tarde el “de la Rotonda”, en 1888, en el barrio
de Retiro. Sin embargo, la explosión de la inmigración hizo que todo resultara
insuficiente y así en 1906 comenzó la construcción del actual Hotel de
Inmigrantes en la Avenida Antártida Argentina. Allí alojaban a las familias enteras,
que llegaban sin recursos, durante 5 días en forma gratuita, mientras buscaban
trabajo. Época de plenitud de Argentina, podía costear su alojamiento, clases
de español, cuidado sanitario, y comida para todos ellos. Desde ese lugar, una
vez que conseguían trabajo, se mudaban a los famosos conventillos.
Ocupaba seis hectáreas del Puerto Nuevo. Tenía
desembarcadero propio, donde hoy se encuentra la Escuela de Guerra Naval, y
varios pabellones con diferentes usos alrededor de una plaza central: depósito
de equipajes y aduana, hospital, oficina de correos y oficina de trabajo.
Contaba con cuatro pisos: en la planta baja estaba la gran cocina y un comedor
para cerca de 1000 personas; en los 3 pisos superiores se encontraban los
dormitorios, a razón de cuatro por piso, divididos en hombres y mujeres y
niños, que albergaban alrededor de 250 personas cada uno. Los constructores
italianos Udina y Mosca y más tarde el alemán Kronffuss fueron los responsables
de su construcción. Era un edificio de líneas rectas y ritmos uniformes, de
hormigón armando, con amplios corredores muy ventilados en su interior,
escaleras de mármol de carrara y revestimientos de mosaicos blancos traídos de
Europa. El hotel estuvo activo hasta 1953.
Pero… ¿Qué pasó después? Pues después fue víctima del
abandono y sus múltiples y variados usos hicieron que sus instalaciones
sufrieran un deterioro considerable. Hasta que en el año 2012 el Museo de la
Universidad de Tres de Febrero (MUNTREF) comenzó a desarrollar el proyecto
Boltanski Buenos Aires, un recorrido por la Ciudad de Buenos Aires que partía
de la sede de la Universidad de Tres de Febrero (UNTREF) en Caseros, pasaba por
varios sitios icónicos, hasta llegar al Hotel de Inmigrantes, para mostrar las
capas de la memoria como parte de la experiencia humana contemporánea. “Migrantes” se llamó la muestra y
ocupó el tercer piso del viejo Hotel. Para la exhibición tuvieron que realizar
tareas de mantenimiento y restauración de diversa índole en ese piso. Pero no
se detuvieron allí, sino que, posteriormente, una vez terminada la muestra, incluyeron
al resto del edificio para darle impulso al Museo de la Inmigración, creado en
1974. Restauraron la arquitectura y funcionalidad del edificio manteniendo los
materiales y la disposición originales del mismo, con el aval de la Comisión
Nacional de Patrimonio Histórico de la Nación, que lo había declarado Monumento
Histórico Nacional en 1992. Así, el Museo de Inmigrantes se instaló en un
sector, contándonos las diferentes etapas de la inmigración de nuestros
antepasados que llegaron para vivir en nuestra patria desde Europa, África y
Asia, entre finales del s. XIX y principios el S. XX y las variables de la
inmigración actual. Podemos encontrar, además, documentos, videos, fotografías
y bases de datos de los inmigrantes. En otro sector se desarrolló el Centro de
Arte Contemporáneo, para la diversidad cultural, que presenta diferentes
muestras de autores nacionales e internacionales a lo largo del año. Ambos
museos son parte del complejo de la UNTREF: el MUNTREF.
La historia de nuestra
Ciudad me hace pensar. He aprendido mucho a lo largo de estos escritos, pero la
historia de este lugar me emociona porque me siento parte. Uno de mis bisabuelos
era italiano, sé que vino en uno de esos barcos y se alojó en ese hotel. ¿Qué
se imaginan que haría si me lo encontrara?... Claro… lo invitaría a la renovada
cafetería del Hotel y le preguntaría: ¿Cómo te animaste a tanto? ¿Qué pensaste
al venir aquí? ¿Cómo era este lugar en aquel entonces? ¿Tus sueños se
cumplieron? Y finalmente, algo que me intriga… ¿Por qué elegiste Argentina?
Sandra Machado
Adhemar O. Rioja
Carlos Saenz
Silvia Alvarez Bello
Nelida Lanza
Eduardo Liserra
Horacio Noni
Sandra Tabera
Marita Salas
Manuel Dominguez
Sandro Borghini
Laura Vacs
Adriana Pedraglio
Alba Susana Oviedo
Alex Sahores
Ricardo "Mono" Gersbach
Coco Rasdolsky
Diego Escarrá
Stella Maris Dotti
Amelia Estrada Soto
Guillermo Di Renzo
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