Nuestra Ciudad se fundó por y para el Río, cuando
Don Pedro de Mendoza creó el “Puerto y Real de Nuestra Señora de Santa María de
Buenos Aires”, donde hoy está el Parque Lezama. Allí comienza nuestra historia
y ese puerto no solo vio llegar muchos navíos, sino también hundirse alguno que
otro. Antes de ser nuestro puerto lo que es hoy, nuestra Ciudad solo contaba
con un embarcadero de poca profundidad, ubicado en el bajo, en un terreno
anegadizo y de difícil tránsito, ubicado entre la barranca donde se levantaba
la Ciudad y la costa, línea demarcada por las hoy Avenidas Leandro Alem y Paseo
Colón. Los barcos mercantes se detenían a varias millas de la costa donde, vapores
de poco calado, “rescataban” personas o mercaderías para trasladarlos a la
orilla en un largo, penoso y muchas veces accidentado camino.
A medida que Buenos Aires crecía, se hizo necesario un puerto en serio. Es así, que muchos ingenieros extranjeros hicieron proyectos para nuestro Puerto, pero la lucha más peleada estuvo en los años 1880, cuando el Ingeniero Luis Huergo y el empresario Eduardo Madero se disputaron diferentes ideas de cómo debía ser. El conflicto entre Provincia, Nación y Ciudad fue tal, que dio que hablar hasta que el Congreso aprobó la idea de Madero, construyéndose entre 1887 y 1898 un puerto que, no mucho tiempo después, con el crecimiento feroz de Buenos Aires, la llegada de barcos cada vez más grandes y el aumento de las exportaciones, quedó obsoleto. Hoy sus instalaciones se remodelaron, se hicieron nuevas construcciones modernas y es un barrio de lujo, Puerto Madero.
Esto dio lugar a la idea de crear un puerto nuevo, más al norte, de características similares al diseñado por el Ingeniero Huergo 20 años antes, con formato dentado. Fue un proyecto ambicioso que lo transformó en el más grande de Latinoamérica. Su construcción estuvo a cargo de una compañía Inglesa C. H. Walker & Co., comenzó en 1911, con la habilitación de las dársenas en etapas, y finalizó en 1940 con la inauguración de la Dársena F, e implicó el relleno de amplias áreas ganadas al río. El Puerto Nuevo tenía 6 dársenas abiertas al Río de la Plata con 5 de ultramar: la A para pasajeros y carga general; B y C para carga y descarga, donde se encuentran los imponentes elevadores de la Junta Nacional de Granos; la D para contenedores y bultos pesados, donde se construyó la Súper Usina (Chade); la E para buques de carbón, pesqueros, petroleros y cargas perecederas, donde se construyó la Súper Usina (Ciae); y una fluvial, la Dársena F, de poco calado, que sirve para que naveguen remolcadores a empuje, que descargan productos provenientes de los ríos Paraná y Uruguay.
Con su desarrollo tan importante la edificación comenzó a crecer, pero sin organización, debido a la improvisada normativa de la Ciudad. Igualmente podemos decir que los almacenes, depósitos, areneras y los muelles reflejan la tecnología imperante a fines del siglo XIX: hormigón, hierro, madera y piedra, que nos muestran líneas simples, de grandes volúmenes con detalles homogéneos y que marcan la impronta de la construcción portuaria. Tal vez el primer edificio y más importante y diferente fue el de las Super Usinas (Chade en 1932 y Ciae en 1933) y, posteriormente, algunos edificios del estado, como el edificio de los Ferrocarriles y el Bruno Ramírez del Correo Argentino, aunque a este, lo encontramos un poco más lejos.
La Catedral de la Electricidad o Super Usina, está ubicada en la calle Edison 2701, en honor al inventor de la lámpara incandescente, desplegando una arquitectura en línea con el estilo de Andrea Palladio y construida por el Arq. Molinari: arcos de medio punto, dos torres enormes de 70 mts. terminadas en cúpulas y un frente gigante de 200 m. Genera energía como hace 100 años: dos calderas que generan energía termoeléctrica, que luego con fuego se transforma en vapor, pasa por una turbina que la convierte en energía mecánica para que, luego un generador, la transforme en eléctrica. En esos mismos años, aparece el primer edificio estatal, que fue de Ferrocarriles del Estado, cuya construcción comenzó en el año 1930, de estilo racionalista, de 6 pisos con basamento de granito rosado y la parte superior revocada en Super Iggam. Fue habilitado en el año 1936 y hoy funciona allí la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Económico. Y un poco más tarde, llegaron todos los demás que podemos ver en los alrededores.
Desde el año 2017 el Puerto de Buenos Aires se está ampliando, incluyendo la Dársena F, para hacerlo más competitivo y eficiente, con rellenos (81.320 m2) para aumentar el área de operaciones y acopio. Se removieron embarcaciones que naufragaron, se hicieron sendas, veredas nuevas y se colocaron más semáforos. Y se suma la intervención de los muralistas Bernardo Ezcurra y Alfredo Segatori, militantes del “action painting”, con su obra “Exabrupto del color”, pintando, en las areneras, animales del litoral, otros en peligro de extinción como el cóndor o el yaguareté, fauna portuaria, simpáticas llamas y otros más. Este sitio tiene acceso desde el Paseo del Bajo y se vincula con toda la costanera norte, a través de la Av. Rafael Obligado, con el Distrito Joven y parques junto al río.Los puertos, podemos decir, van mutando de acuerdo a las necesidades de las personas, mercaderías y actividades que les son afines. La reestructuración a lo largo de los años implicó que algunas instalaciones fueran conservadas, otras desmanteladas o remodeladas y otras olvidadas, por una ciudad que pasa sin verlas. Tal vez hoy, con esta nueva propuesta y otras que seguro vendrán, los porteños podamos ser … más porteños.
A medida que Buenos Aires crecía, se hizo necesario un puerto en serio. Es así, que muchos ingenieros extranjeros hicieron proyectos para nuestro Puerto, pero la lucha más peleada estuvo en los años 1880, cuando el Ingeniero Luis Huergo y el empresario Eduardo Madero se disputaron diferentes ideas de cómo debía ser. El conflicto entre Provincia, Nación y Ciudad fue tal, que dio que hablar hasta que el Congreso aprobó la idea de Madero, construyéndose entre 1887 y 1898 un puerto que, no mucho tiempo después, con el crecimiento feroz de Buenos Aires, la llegada de barcos cada vez más grandes y el aumento de las exportaciones, quedó obsoleto. Hoy sus instalaciones se remodelaron, se hicieron nuevas construcciones modernas y es un barrio de lujo, Puerto Madero.
Esto dio lugar a la idea de crear un puerto nuevo, más al norte, de características similares al diseñado por el Ingeniero Huergo 20 años antes, con formato dentado. Fue un proyecto ambicioso que lo transformó en el más grande de Latinoamérica. Su construcción estuvo a cargo de una compañía Inglesa C. H. Walker & Co., comenzó en 1911, con la habilitación de las dársenas en etapas, y finalizó en 1940 con la inauguración de la Dársena F, e implicó el relleno de amplias áreas ganadas al río. El Puerto Nuevo tenía 6 dársenas abiertas al Río de la Plata con 5 de ultramar: la A para pasajeros y carga general; B y C para carga y descarga, donde se encuentran los imponentes elevadores de la Junta Nacional de Granos; la D para contenedores y bultos pesados, donde se construyó la Súper Usina (Chade); la E para buques de carbón, pesqueros, petroleros y cargas perecederas, donde se construyó la Súper Usina (Ciae); y una fluvial, la Dársena F, de poco calado, que sirve para que naveguen remolcadores a empuje, que descargan productos provenientes de los ríos Paraná y Uruguay.
Con su desarrollo tan importante la edificación comenzó a crecer, pero sin organización, debido a la improvisada normativa de la Ciudad. Igualmente podemos decir que los almacenes, depósitos, areneras y los muelles reflejan la tecnología imperante a fines del siglo XIX: hormigón, hierro, madera y piedra, que nos muestran líneas simples, de grandes volúmenes con detalles homogéneos y que marcan la impronta de la construcción portuaria. Tal vez el primer edificio y más importante y diferente fue el de las Super Usinas (Chade en 1932 y Ciae en 1933) y, posteriormente, algunos edificios del estado, como el edificio de los Ferrocarriles y el Bruno Ramírez del Correo Argentino, aunque a este, lo encontramos un poco más lejos.
La Catedral de la Electricidad o Super Usina, está ubicada en la calle Edison 2701, en honor al inventor de la lámpara incandescente, desplegando una arquitectura en línea con el estilo de Andrea Palladio y construida por el Arq. Molinari: arcos de medio punto, dos torres enormes de 70 mts. terminadas en cúpulas y un frente gigante de 200 m. Genera energía como hace 100 años: dos calderas que generan energía termoeléctrica, que luego con fuego se transforma en vapor, pasa por una turbina que la convierte en energía mecánica para que, luego un generador, la transforme en eléctrica. En esos mismos años, aparece el primer edificio estatal, que fue de Ferrocarriles del Estado, cuya construcción comenzó en el año 1930, de estilo racionalista, de 6 pisos con basamento de granito rosado y la parte superior revocada en Super Iggam. Fue habilitado en el año 1936 y hoy funciona allí la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Económico. Y un poco más tarde, llegaron todos los demás que podemos ver en los alrededores.
Desde el año 2017 el Puerto de Buenos Aires se está ampliando, incluyendo la Dársena F, para hacerlo más competitivo y eficiente, con rellenos (81.320 m2) para aumentar el área de operaciones y acopio. Se removieron embarcaciones que naufragaron, se hicieron sendas, veredas nuevas y se colocaron más semáforos. Y se suma la intervención de los muralistas Bernardo Ezcurra y Alfredo Segatori, militantes del “action painting”, con su obra “Exabrupto del color”, pintando, en las areneras, animales del litoral, otros en peligro de extinción como el cóndor o el yaguareté, fauna portuaria, simpáticas llamas y otros más. Este sitio tiene acceso desde el Paseo del Bajo y se vincula con toda la costanera norte, a través de la Av. Rafael Obligado, con el Distrito Joven y parques junto al río.Los puertos, podemos decir, van mutando de acuerdo a las necesidades de las personas, mercaderías y actividades que les son afines. La reestructuración a lo largo de los años implicó que algunas instalaciones fueran conservadas, otras desmanteladas o remodeladas y otras olvidadas, por una ciudad que pasa sin verlas. Tal vez hoy, con esta nueva propuesta y otras que seguro vendrán, los porteños podamos ser … más porteños.
¿Y recuerdan que en la salida anterior les dije que
en esta salida nos íbamos a ver? Bueno, …les mentí. Arq. Sandra
Machado
Roberto Frangella
Rubén Cipolla
María Catalina Alberto
Alex Sahores
Eleonora Dorrego
Chuni Torrasa
Gaby Terzano
Manuel Dominguez
Clara González Bolognesi
Carlos Bay
Irina Fallik
Ricardo Adrián Curti
Luis Marcellini
Celia Guevara
Eduardo Liserra
Marita Salas
Sandra Massazza
Sandra Tabera
Adhemar Orellana Rioja
Sandro Borghini
Diego Escarrá
Edgardo Minond
Poupee Kapustin
Stella Dotti
Carina Amarillo
Cesar Malluk
Hernán Reyes
Mónica Claudia Cura
Oz - Álvarez Rojas
Juan Carlos San Gil
Silvia Simonit
María Isabel Romero
Marta Prigoshin
Oscar Hernández
Mónica Verduri
Alicia Gelpi
Betty Woodyatt
Coco Rasdolsky
Guillermo Di Renzo
Patricia Zappala
Héctor Cavaliere
Laura López
Liliana Tamarasso
Mabel Spitaleri
Sonia Pesajovich
María Descole
Malvina Fernandez
Mirta Prestia
Ricardo Gersbach
Liliana Beatriz Slutzky
Eduardo Smudt
Daniel Venturini
Cecilia Bat
Ana María Carrio
Ana Sloninski de Groba
Araceli Centurión
Carlos Enrique Ford
Carlos Marino
Carlos Otegui
Elisa Laferriere
Magdalena Eggers
Maggie Caravello
Victoria Braunstein
Mariano Maniquis
Silvia Álvarez Bello
Luis Mango
Gonzalo Cid
Myriam Heredia
Fito Besada
Dora Rud
Delia Cordone
Silvia Poveda
Carlo Saenz
Daniel Ortiz
Claudia Fueyo
Sandra Machado
Mónica Salvatori
Ana Ortíz de Rozas
Me encanto este recorrido y la muestra me parecio muy expresiva y coherente.
ResponderEliminarSoy Ana Sloninsky
EliminarFelicito a los organizadores del evento!
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