jueves, 6 de marzo de 2025

Croquiseros Urbanos Bs. As. - Salida Nº 165 - Manzana de las Luces - 15/03/2025

  Diario

El Argos de Buenos Ayres

Nº 16 – 1º de septiembre de 1821

LA MANZANA DE LAS LUCES

“El Argos es de parecer que este título, o cualquier otro que signifique lo mismo, debía darse a la manzana en que está situado el famoso templo de San Ignacio. En ella se estableció el colegio de la unión, la biblioteca pública, la escuela central por el método de enseñanza mutua, la academia de dibujo y las de idioma francés e inglés. En esta misma manzana se ha formado y situado la Universidad, se está construyendo la gran sala para el cuerpo representativo y tiene sus oficinas el tribunal de cuentas. Últimamente, en este mismo sitio se está estableciendo el archivo general formado por todos los archivos particulares y que deberá ser uno de los más preciosos tesoreros de la provincia de Buenos Aires […]”

      Así se nombraba por primera vez a la manzana comprendida entre las calles Perú, Alsina, Bolívar y Moreno, en la zona más antigua de Buenos Aires, con motivo de que todas las instituciones ubicadas allí iluminaban el intelecto del país. Sin embargo, su historia había comenzado doscientos años antes, cuando esas tierras le fueron donadas a los jesuitas, en el año 1633, para que instalaran su residencia, la Iglesia y el Colegio San Ignacio, hoy Colegio Nacional Buenos Aires (1911), lugar que ocuparon hasta su expulsión en el año 1767. Esas construcciones realizadas sobre planos del arquitecto Juan Krauss, comenzaron siendo de adobe, pero con el paso del tiempo se fueron transformando en edificios de ladrillos a los que se le agregaron otras dependencias, como la Procuraduría de las Misiones, construida sobre planos del arquitecto Prímoli (1730), de dos plantas, que se ocupaba de supervisar los bienes y productos que se vendían para la manutención de las misiones y que incluía el alojamiento de indígenas que se trasladaban a la ciudad y donde luego se instaló la Junta de Temporalidades (1767), encargada de administrar y rematar los bienes de los jesuitas luego de su expulsión.
     Con la llegada del Virreinato del Río de la Plata se encontraron nuevos usos para los edificios existentes. Así se ubicaron el Tribunal de Protomedicato (1780), que se encargaba de vigilar el ejercicio de las profesiones médicas y ejercía la función docente para la formación de profesionales; la Imprenta de niños expósitos (1783), lugar donde se imprimían diarios, bandos, proclamas y diversos documentos públicos y privados, cuyas ganancias servían para la manutención de la Casa de Niños Expósitos; la Universidad de Buenos Aires (1821); la Academia de Medicina (1822); el Departamento de Ciencias Exactas (1865), que dio origen a la Facultad de Arquitectura, Ingeniería y Ciencias Exactas; la Academia de Jurisprudencia (1865); y cinco casas de alquiler, donde estaba la huerta del colegio, para generar fondos extras. Fue, también, sede de la Biblioteca Nacional; del primer teatro, el Teatro de la Ranchería; del primer museo, el Museo Público de Buenos Aires; y del primer Banco de la provincia de Buenos Aires. Algunos ubicados en los edificios de las viejas casas. Entre 1820 y 1854 funcionó la Sala de Representantes, lugar donde se reunían para sancionar leyes y elegir gobernadores y donde juró el primer presidente, Bernardino Rivadavia, y asumieron como gobernadores, Dorrego y Rosas.
    El conjunto constaba de un patio central bordeado por galerías con arcos de medio punto sobre pilastras de mampostería. Las dependencias se caracterizaban por sus techos de bóvedas de ladrillo, de cañón corrido y crucería. Ya en el s. XIX, funcionando la Universidad de Buenos Aires, se rediseñó su fachada al estilo neoclásico.
    Y no podemos dejar de mencionar que era el punto de partida de una red de túneles que corrían de norte a sur y de este a oeste, a cinco metros de profundidad, conectándola de manera subterránea con otras iglesias, el Cabildo, edificios públicos, el Fuerte y algunas residencias particulares. Eran galerías talladas directamente en la tosca, a golpe de pico, con piso nivelado, paredes rectas verticales y techo abovedado. Aparentemente, por varios estudios realizados, eran utilizados con diferentes motivos: comunicación entre edificios; comercio, aunque tal vez habría que leer contrabando; y defensa, una teoría dudosa.
     A partir del año 1942 la Iglesia y la Sala de Representantes fueron declarados Monumento Histórico, en 1943, el Colegio Nacional Buenos Aires y, finalmente, lo fue, en 1981, el resto del complejo.
    Entre los últimos descubrimientos, en el año 2022, durante obras de restauración, se encontraron estructuras de abastecimiento de agua de las casas de alquiler y desagües cloacales utilizados por la Universidad de Buenos Aires, entre ellos, el aljibe del s.XVIII y pozos ciegos, sumideros, canales y desagües de letrinas. Actualmente, la “Manzana de las Luces” es uno de los principales museos de la ciudad y nos muestra una Buenos Aires pequeña, que iba de la precariedad al desarrollo, cuyo mapa era el de una ciudad abatida por luchas internas y externas, pero con ansias de orden, progreso y libertad. Esa ciudad que hoy, después de tantos años y, en muchos aspectos parecida a aquella, se convirtió en una moderna y pujante. Visitemos este lugar misterioso e intrigante y dibujemos con nuestra magia, porque “el lápiz del croquisero es como una varita mágica… Esboza con rapidez y soltura la esencia del lugar”.                                                                                

Sandra Machado




+

ADRIAN MUIÑO











ANALIA JARA







CESAR MURGA










CARLOS PERZ REY








EDUARDO LISERRA






ELEONORA DORREGO







GABY TERZANO










GUSTAVO COLOTTO











JUAN SAN GIL











LUIS MARCELLINI








MARCELA SUAREZ










MARIA CATALINA BARTOLINI









MARITA SALAS



 

MARTA  PRISGOSHIN






MARTA SUSANA PRIVITELLI







MARTA DA COSTA








NELIDA LANZA









HORACIO NONI










RICARDO GERBACH









SANDRA TABERA






SONIA PESAJOVICH






ALBA SUSANA OVIEDO 












VICTORIA BRAUNSTEIN








IRINA FALLIK







DELIA CORDONE







LAURA GERLERO















domingo, 16 de febrero de 2025

Croquiseros Urbanos Bs. As. - Salida Nº 164 - Barrio no oficial General San Martín - Villa Pueyrredón - 15/02/2025

    Si les contara sobre un lugar de viviendas rodeadas de parques con grandes arboledas, vida social activa, vecinos amigueros, seguridad interna, chicos en bicicleta, piscina, y bla, bla, bla, seguro todos pensarían que estoy hablando de un barrio privado o, tal vez de un country, pero nada más alejado, y sus vecinos lo saben. Al lugar que visitaremos algunos de ellos lo llaman “mini barrio”, otros “pueblo pequeño”, otros y, tal vez, el más acertado, “country de los laburantes”.
    El Barrio General San Martín se ubica dentro del barrio de Villa Pueyrredón, en la comuna 12. Un barrio que limita con Villa Urquiza al noreste, Agronomía al sudeste, Villa Devoto al sudoeste y con el partido de San Martín al noroeste. Un barrio que fue consecuencia del asentamiento de familias trabajadoras de la fábrica textil Grafa, que estaba ubicada en Av. de los Constituyentes y Av. General Paz, donde luego se asentó el hipermercado Walmart. Un barrio que, como muchos otros de la ciudad, creció gracias a la llegada del ferrocarril, ya que en su interior se encuentra la estación que le dio nombre al barrio.
    Luego de la segunda Posguerra, ante los problemas sociales, económicos y culturales, los gobiernos comenzaron a interesarse por la resolución de conflictos ligados a la presión poblacional sobre las ciudades y la falta de viviendas. Por lo que la vida social, el ocio, el esparcimiento, la vivienda, el estilo de vida, el deporte y el bienestar, entre otros, fueron incorporados a las agendas gubernamentales a nivel global. Esta tendencia llegó a Argentina durante la presidencia de Perón y, no solo llevaron a la acción esas ideas, sino que las utilizaron como propaganda del estado. El peronismo canalizó las premisas de “el sueño de la casa propia” y de “ascenso social” a través de la realización de barrios de vivienda obrera, tanto por acción directa (construcción y entrega), como por acción indirecta (a través de créditos del Banco Hipotecario).
    El Barrio no oficial General San Martín fue uno de estos últimos, junto con otros nueve más que se hicieron en la Ciudad de Buenos Aires, entre 1948 y 1954. Es parte de los ciento y pico de barrios no oficiales de la ciudad y se encuentra delimitado por las Av. General Paz, la calle Ezeiza, la Av. Constituyentes, la calle Álvarez Prado y su continuación, la calle El Gaucho. Fue creado con el nombre “17 de octubre” y construido por el arquitecto Carlos Coire. Era conocido, también, como Barrio Grafa, por su cercanía con la fábrica y consta de 34 edificios realizados en hormigón armado y cerramientos de ladrillos terminados con revoques pintados de blanco y sin ornamentos. Un tipo de arquitectura racionalista de pabellones o monoblocks, que sería muy usada en la época para la realización de viviendas sociales en el país. Cada edificio está compuesto por planta baja y 3 plantas con departamentos de 2 y 3 ambientes. En el año 1955, con el derrocamiento de Perón, cambió su nombre por el de Barrio General San Martín.
    El complejo tiene en su interior una plaza, zonas parquizadas, calles internas, zonas de juegos, un centro comercial, un tanque de agua y la iglesia, que se inauguró en 1987, bajo el nombre de Corazón de Jesús y que tuvo dos etapas de construcción. La primera, en la que se construyó el templo, propiamente dicho, el cual es como un gran chalet, y la segunda etapa fueron los salones parroquiales. La obra estuvo a cargo de los arquitectos Jorge Castelli y Marcelo Homs y los materiales usados son ladrillo a la vista y techo a dos aguas de pizarras. En el interior la madera recorre su única nave, desde el ingreso hasta el altar principal y la capilla lateral. Es moderna, de líneas rectas y paredes blancas, con iluminación natural que invita a la introspección del visitante.
    En el centro geográfico del Barrio se eleva el tanque de agua sobre una plazoleta que sirve para encuentro social. En sus inicios el tanque se construyó para llevar buena presión de agua a los edificios, pero, con el tiempo, perdió su función y se convirtió en sede administrativa del barrio. Allí se instaló el primer teléfono público, el primer centro de señal de cable y, a su alrededor, ensaya la murga “Soñadores de Villa Pueyrredón”, además de ser el lugar donde todos festejan los carnavales. A los tres metros de altura, aún puede verse una frase de la época “por la libre voluntad del pueblo como expresión de soberanía”, aunque el tiempo y el abandono ayudaron a que se vuelva casi ilegible.
    Lo que todos tienen claro es que es un “barrio peronista”. No solo por haber sido construido en la época de Perón, sino porque allí vivieron varias personalidades de su círculo, como por ejemplo el fotógrafo de Evita o el peluquero de Perón o porque varios de los hijos de sus primeros ocupantes se llamaron Juan Domingo o Eva. La cuestión es que allí adentro es otro mundo. Uno donde las familias se conocen, disfrutan del verde y el aire libre, lejos del bullicio de la ciudad y del ruido, a pesar de estar cerca de la Av. General Paz. Uno donde entre todos se cuidan, cuidan de sus hijos y de los hijos de los otros vecinos mientras corretean por el parque o andan en bici, disfrutan de los cientos de piletas Pelopincho, propias o ajenas, desperdigadas por ahí, se sientan en una de las mesas fijas a comer una picada, en las reposeras a tomar un mate o, simplemente, a conversar entre ellos. Se autodenominan una gran familia.
    Nuestra ciudad no deja nunca de sorprendernos, con sus lugares maravillosos, su historia oculta, sus altibajos políticos y económicos, que tanto daño nos han hecho, y sus momentos contradictorios y alocados que nos han llevado a épocas de esplendor y a otras tantas de decadencia.
    Habrá que ir a ver ese lugar. Hay muchas de estas burbujas ocultas en nuestra ciudad que no conocemos o, por lo menos, desconocemos su espíritu. Algunas ya las vimos y habrá, seguramente, muchas más por ver, porque recuerden que “el lápiz del croquisero es como una varita mágica que esboza con rapidez y soltura la esencia del lugar”.        
                                                                                                       

Sandra Machado     


LUIS  MARCELLINI 


SONIA  PESAJOVICH

NÉLIDA  LANZA

OSCAR  HERNANDEZ



MARTA  PRIGOSHIN

GUSTAVO  COLOTTO

DIEGO  ESCARRÁ



MARÍA  CATALINA  ALBERTO

EDUARDO  LISERRA

CLAUDIO  PEREZ  REY


EDGARDO  MINOND

DELIA  CORDONE

VICTORIA  BRAUNSTEIN

JUAN  SAN  GIL



CESAR  MURGA




PATRICIA  AMODEI


GABY  TERZANO


MARITA  SALAS



ANALÍA  JARA



CRISTINA  MONMANY



SILVIA  POVEDA



LAURA  VACS



DORA  RUD


EDUARDO  SMUDT


CESAR  MALLUK

    ADRIANA  PEDRAGLIO

LUCIA  ABBATE

COCO  RASDOLSKY


CARLOS  FORD

MARCELA  SUAREZ