Cuando hablamos del centro de la Ciudad, yo por lo menos, en
lo primero que pienso es en el obelisco, la avenida Corrientes, la zona
bancaria, la Plaza de Mayo. ¡¡¡Nada más errado, ese no es el centro!!!!
En el año 1821, una veleta de latón con forma de caballito
de una vieja pulpería, rescatada de un barco ballenero hundido, que miraba
desde arriba en la esquina de Avenida Rivadavia y Emilio Mitre, a orillas del
antiguo Camino Real, le pondría nombre al barrio de Caballito. Un barrio de
quintas de la sociedad de clase alta que se trasladaba a ellas desde el centro
de la ciudad para pasar sus vacaciones. Un barrio que se convertiría en el centro
geográfico porteño y que progresaría con rapidez con la llegada del ferrocarril
y la instalación de la estación que llevaría su nombre. Ese barrio sería el
elegido por nuestros próceres para la creación de un Parque que hoy es motivo
de nuestra salida. El Parque Centenario, de doce hectáreas de superficie, rodeado
por las avenidas Diaz Vélez, Patricias Argentinas, Leopoldo Marechal y Ángel
Gallardo se convirtió en pulmón verde de nuestra Ciudad.
A medida que avanzaba el poblado desaparecían las quintas y
en esa época intermedia, en el año 1898, la Municipalidad adquirió los terrenos
de la Quinta Piñeiro para la construcción del Parque del Oeste. Era una zona de
potreros y hornos de ladrillos, pero cuando se planeó la realización del Parque
Centenario, con motivo del centenario de la Revolución de Mayo, se pensó en un
parque de lujo porque el proyecto original era inaugurarlo en 1910, algo que
lamentablemente no sucedió porque los trámites se fueron demorando y recién el
14 de mayo de 1909 el Consejo Deliberante autorizó el proyecto a cargo del
arquitecto paisajista Carlos Thays, en ese entonces, director de Paseos de la
Ciudad. No llegó a terminarlo para la fecha por lo cual, se inauguró sin ningún
acto oficial, en 1920.
En sus alrededores y en su interior, a lo largo del tiempo fueron
surgiendo diferentes edificios. En 1927, el Instituto Zoonosis Luis Pasteur,
obra del Arq. Beretervide, que consta de seis pabellones. Edificio de formas
puras que conserva elementos de la arquitectura clásica como la simetría y las
proporciones de los aventanamientos. En 1931, el anfiteatro realizado en madera
para que toque la Banda Municipal. En 1937 el mástil, monumento más emblemático
donde aún, las escuelas del barrio celebran el Día de la Bandera y realizan la
Promesa de Lealtad. También en 1937 se inauguró el Museo de Ciencias Naturales,
construido de acuerdo a los cánones arquitectónicos museológicos vigentes en
esa época, es decir, que es uno de los pocos museos argentinos que cuenta con
un edificio concebido para su función específica. El actual es un tercio del
proyecto original y sus detalles decorativos están basados en la flora y fauna
autóctonas, destacándose los búhos como símbolo de sabiduría y las arañas con
sus telas. En 1944, el edificio de la Asociación Argentina de Amigos de la
Astronomía con el observatorio más importante de la Ciudad. En 1953, el
anfiteatro pasó a llamarse Eva Perón, pero terminó siendo quemado luego de la
Revolución Libertadora, sin embargo, fue construido otro nuevo en el año 2009
que también lleva su nombre, a espaldas del Museo, con una capacidad para dos
mil personas, seis camarines y uno de los escenarios más grandes de la ciudad. En
1980 se colocaron juegos y senderos y se construyó el lago artificial de una
hectárea de superficie y, en su interior, una isla biológica que alberga varias
especies de aves, además de patos y gansos. Entre los años 2006 y 2007, ante su
mal estado general, se hicieron trabajos de mantenimiento de diferente
envergadura y puesta en valor y en al año 2012, la Ciudad lo declaró Jardín
Histórico para, finalmente, en el año 2013, además de parquización, colocación
de luminarias y equipos de gimnasia, ampliar la reja exterior, dejando algunas
postas aeróbicas en la parte exterior. También podemos encontrar fuentes y
variadas esculturas esparcidas en su recorrido. Conviven en él una infinita
variedad de flores y plantas: rosas, jazmines, prímulas, como asi también,
plátanos, palos borrachos y un ceibo, además del mburucuyá, especie nativa del Río de la Plata y que podemos encontrar en otros países de Sudamérica. Los árboles más altos son
araucarias y tipas y entre todos alojan dieciocho especies de aves. Ofrece
infinidad de actividades culturales y de esparcimiento además de la Feria de
libros usados y la Feria de Artesanías, los fines de semana.
En la periferia cuenta con una importante infraestructura de
salud, ya que además del Instituto Zoonosis, encontramos el Hospital Durand, en
la antigua Quinta Ezpeleta, cuya construcción estuvo a cargo del Ing.
Buschiazzo; el Hospital de Oncología Madame Curie, inaugurado en 1931, proyecto
del Arq. Vautier y obra del Arq. O´Seeger; la Clínica San Camilo inaugurada en
1961; y el Hospital Naval, obra de los Arquitectos Clorindo Testa, Lacarra y
Genoud, un edificio de estilo postmoderno que brinda una imagen de un barco de
guerra con sus ventanas redondas y el tanque en la parte superior que parece
una torre de control.
Pleno verano en Buenos Aires, temperaturas elevadas, pero bajo
su extensa y variada arboleda podremos cobijarnos para refrescar nuestros
cuerpitos acalorados. Podríamos caminar, correr, hacer ejercicios, tomar sol,
hacer un picnic, ver un espectáculo en el anfiteatro, andar en bici, visitar la
feria… pero… sshhh! No se lo digan a los Croquiseros Urbanos porque
ellos van a dibujar.
Sandra Machado
MARIA SANDRA TABERA
NELIDA LANZA
DIEGO ESCARRA
CLAUDIO PEREZ REY
ELEONORA DORREGO
CARLOS SAENZ
RICARDO GERSBACH
MARIA CATALINA ALBERTO
GUSTAVO COLOTTO
VICTORIA BRAUNSTEIN
AGUSTIN CASTIGLIONE
ANA SLONINSKY
JUAN SAN GIL
LAURA VACS
IRINA FALLIK
PAT AMODEI
ADRIANA PEDRAGLIO
CRIS MONMANY
SILVIA ALVAREZ BELLO
GRA SERÓ MANTERO
LEO FERRETTI
ELISA LAFERRIERE
DORA RUD
LUIYO VAZQUEZ
CESAR MALUK
CARLOS FORD
MONICA VERDURI
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