Retornamos al barrio de La Boca, situado en el límite sudeste de la ciudad. Su nombre se debe a la desembocadura del Riachuelo en el Río de la Plata y, por supuesto, por albergar al club Boca Juniors con su estadio, La Bombonera. Barrio de clase trabajadora, marcado por la inmigración, el tango, el arte y el futbol, escenario donde se mezclaron culturas e idiomas diversos. Un barrio que se distingue por las pinturas coloridas de las casas, restos de pintura de los barcos que los marineros aprovechaban en las fachadas de los clásicos conventillos.
La Boca forma parte de “El Distrito de las Artes”, un área de 429 hectáreas donde se desarrollan espacios de creación, producción y difusión cultural a través de disciplinas enfocadas en las artes visuales, escénicas, literarias, musicales y establecimientos educativos. Está ubicado en el barrio de La Boca y parte de San Telmo, Constitución y Barracas. Más precisamente delimitado por las Avenidas Pedro de Mendoza, Ingeniero Huergo y San Juan y las calles Tacuarí y Azara. Sin embargo, hoy recorreremos el sector correspondiente al borde costero de La Boca, que se transformó en el Paseo de la Ribera o Paseo Quinquela Martín, un espacio de 6000 m2 de esparcimiento, con espacios verdes y áreas peatonales públicas, en un barrio que cuenta con la menor cantidad de espacio verde de la ciudad. Va siguiendo la línea del agua, entre la Avenida Pedro de Mendoza, a la altura de la calle Hernandarias, hasta la Avenida Juan de Garay, y continua a lo largo del río, conectando el Distrito de las Artes con la Reserva Ecológica de Costanera Sur. Este paseo no solo incluye nuevo equipamiento de bancos, luces, caminos, sino la restauración del Patrimonio Histórico.
Comenzamos por la Barraca Peña (Av. Pedro de Mendoza al 3000) que se creó en 1774 como barraca de almacenamiento, luego fue ampliada en 1868, construyendo otros edificios —barraca, estación de tren y puente levadizo— para conectar el ferrocarril con los barcos, convirtiéndose en el primer complejo de conexión ferro-portuaria, fundamental para la actividad comercial y migratoria. Hoy, restaurado, es un centro de investigación y guarda del patrimonio arqueológico costero y subacuático de la ciudad. Si seguimos por el Paseo, llegaremos a Colón Fábrica, los talleres del Teatro Colón—uno de los pocos en el mundo— donde se fabrican escenografías, vestuarios y utilería para poner en escena los espectáculos. También nos encontraremos con la Fundación Andreani y la Fundación Proa, ambos edificios dedicados a la exhibición de arte contemporáneo. Pasaremos por la Vuelta de Rocha (intersección de la Av. Pedro de Mendoza y Del Valle Iberlucea), un punto emblemático de la ciudad y testigo de muchos momentos históricos. Es la puerta hacia Caminito, el callejón inspirado por el tango del mismo nombre, compuesto por Juan de Dios Filiberto, con sus casas de madera y chapa, típico del conventillo boquense. Inicia en la Plazoleta de los Suspiros, construida en 1945 en un lugar marcado por los sentimientos de aquellos genoveses que se acercaban allí para recibir las cartas de sus familias europeas, entre ellos Manuel Chichella, padre de Quinquela Martín. Tiene forma de cubierta de barco y en 1948 se emplazaron en ella el mástil del transporte Pampa, un cañón de la Fragata 25 de mayo, un retoño del pino de San Lorenzo, y una piedra tallada con la leyenda: “A los marinos de todos los tiempos que con su esfuerzo contribuyeron a forjar la grandeza de la Patria”. Todos, símbolos de la historia argentina. De aquí seguimos hacia el Museo Quinquela Martin, fundado en 1938 sobre terrenos donados por el pintor, aunque, dos años antes, se inauguró en ellos la escuela Pedro de Mendoza. Actualmente su patrimonio artístico es: Obras de Quinquela Martin, Obras de artistas argentinos, Mascarones de Proa (esculturas de madera de la proa de los barcos) y terraza de esculturas y, en el tercer piso se encuentra la Casa Museo de Quinquela Martin. Pegado a él, manteniendo el colorido clásico de La Boca, encontramos el Teatro de la Ribera, un espacio multicultural que refleja la vida cotidiana de los vecinos. Mas adelante está el Centro Munar, un lugar que generó, antiguamente, tres espacios dedicados a las artes plásticas: residencia de artistas, espacio de talleres y lugar de exhibición. Hoy es un centro de talleres y exhibiciones.
Por supuesto no podemos perdernos las vistas del Puente Nicolás Avellaneda, inaugurado en 1940, que une La Boca con la Isla Maciel, en el municipio de Avellaneda. Una estructura imponente de acero y cemento, una de las primeras del mundo, de un largo aproximado de 1650 m. Consta de un tablero levadizo y un puente transbordador, lo que lo hace único en su tipo. A partir de 2010 se inauguraron obras de mantenimiento y puesta en valor. Y podríamos seguir recorriendo mucho más, ya que este barrio y el Paseo tienen mucho para mostrarnos: La Bombonera, el Antiguo Mercado de la Boca, La Plaza Solís, la Torre Fantasma, y un poco más lejos La Usina del Arte y si seguimos, la reserva Ecológica Costanera.
No voy a terminar sin hacer honor al gran protagonista artístico de este barrio, Quinquela Martín, quien condecoraba con la Orden del Tornillo —creada por él en 1948— a sus hermanos artistas, diciéndoles: "Espero que este tornillo no los vuelva cuerdos, muy por el contrario, los preserve contra la pérdida de esa locura luminosa de la que se sienten orgullosos”
Así que, como ustedes son artistas, Croquiseros… espero que nunca encuentren el tornillo que les falta. Nos vemos…
JORGE PIERETTI
GUSTAVO COLOTTO
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