jueves, 17 de agosto de 2023

Croquiseros Urbanos Bs. As. - Salida Nº 146 - Casa Yrurtia - Barrio de Belgrano - 19/08/2023

        Tantas veces pasé por la esquina de las calles Blanco Encalada y O´Higgins, mirando y pensando que hacía allí esa casa, de clásico estilo colonial, pintada en los colores blanco y ocre, sin saber que era. Rodeada por torres de departamentos cada vez más altas y cada vez más modernas y un tráfico infernal. Perdida en el corazón del barrio de Belgrano. Un barrio que inició siendo pueblo en diciembre de 1855, donde se ubicaban las quintas y residencias de veraneo de las familias más encumbradas de Buenos Aires. Un barrio de anchas veredas y arboles frondosos, con gente elegante que se paseaba, con sus mejores ropas, por sus calles. Un barrio que, por la actual Av. Cabildo, —antes llamada Camino Real del Norte o del Alto—, de tierra en ese momento, vio pasar las carretas con mercaderías que iban desde el puerto de Buenos Aires hacia el Alto Perú o viceversa. Un barrio que, con la llegada del ferrocarril y sus estaciones, la de Belgrano R (Rosario) y Belgrano C (Central), además de su gran desarrollo comercial, se fue convirtiendo en uno de los más emblemáticos de Buenos Aires. Un barrio en el que a partir de la década del ´70, se construyeron la mayoría de las mejores obras de arquitectura de la época, algunas de las cuales se convirtieron, posteriormente, en museos. Y, entonces, la descubrí: La Casa Yrurtia es una de ellas, y está allí abrumada por la modernidad.
        Fue adquirida por el artista Rogelio Yrurtia en 1921 con la intención de reformarla y convertirla en su casa, en la que viviría con su segunda esposa, la artista Lía Correa Morales, hija de su maestro. Desde que la compró pensó en donarla al Estado, en agradecimiento hacia el país que había solventado sus estudios de arte en Europa. El estilo elegido para remodelarla fue el neocolonial, un estilo en auge en ese momento entre los intelectuales, que reivindicaba los orígenes hispanos y criollos del país. La casa estaba sobre un terreno de 1200 m2, elevada sobre el nivel de la calle, debido a que por debajo de Blanco Encalada pasaba el arroyo Vega y las inundaciones eran constantes hasta su entubamiento. Yrurtia no solo pensó en la casa, sino que tuvo especial atención en los jardines, sus arboledas, los caminos de laja y la galería con parras, basados en los jardines árabes, sino también en otros detalles como, por ejemplo, que en la esquina no tuviera ochava para que luciera su estilo, o que hubiera en su decoración interior y exterior elementos de la masonería a la cual pertenecía el artista, o que el dintel exterior mostrara detalles del barroco español. Gracias a sus diseños, al arquitecto que hizo los planos, K. Smith, y al constructor, Pedro Rossi, pudieron crear esta hermosura que, en 1921, obtuvo el premio municipal de arquitectura. Finalmente, en 1942, gracias a la ley que impulsó el diputado Alfredo Palacios y, ya muerto Yrurtia, su esposa la donó al Estado como museo y, en 1949, abrió al público, asumiendo ella la dirección del mismo.
          No bien atravesamos la entrada podemos encontrar dos museos en uno, pero no como una oferta comercial del siglo XXI, sino como el ingreso a un edificio que nos muestra, esculturas, pinturas, y la forma de vida de la época, porque la casa fue donada con su mobiliario y nos permite ver su intimidad. Y, si bien el edificio es deslumbrante e imponente, sus adornos y muebles también nos dejan en claro las incomodidades de la vida cotidiana de ese entonces.
      La intención de Yrurtia fue dejar un legado: el arte. Encontraremos varias de sus esculturas terminadas y algunas en maqueta, como así también pinturas y dibujos de la esposa, Lía Correa Morales, una pintora audaz, precursora en la intervención femenina en espacios de la cultura nacional, vedados a la mujer en ese entonces, y que fue la primera en exponer en el Salón Nacional ganando el primer premio. También podemos ver obras de otros artistas locales como Quinquela Martín o Eduardo Sívori; un cuadro de las primeras épocas de Picasso, amigo de Yrurtia; muebles franceses e ingleses; cerámicas españolas, armarios del renacimiento flamenco, elementos de decoración japoneses, alfombras y tapices europeos e infinidad de otros objetos y obras variadas obtenidas por la pareja en sus viajes. También cuenta con una biblioteca llena de volúmenes sobre historia del arte, filosofía, geografía y un gran archivo con fotografías, artículos periodísticos, y correspondencia.
    Tanto por dentro como por fuera tiene mucho para mostrarnos. Podemos recorrerla, internarnos en sus rincones, o pasear por sus jardines, pequeños oasis donde conviven el arte y la naturaleza, con plantas que el mismo Yrurtia escogió, y donde algunos podrán sentarse a descansar, otros a dibujar o a tomar fotografías, conversar o pensar, y por qué no, a jugar a las escondidas con las esculturas ocultas entre las plantas. ¿Tomaremos cafecito…? Qué sé yo.
Sandra Machado

Agustin Castiglione




Alex Sahores





Ana Sloninsky




Claudio Perez Rey





Eduardo Liserra




Eduardo Smudt




Eleonora Dorrego




Maria Catalina Alberto




Oscar Hernandez



Stella Dotti



Cesar Murga





Rodolfo Besada



Juan San Gil



Moira Gonzalez



Roberto Frangella






Graciela Duran





Eduardo Calocero





Adriana Padraglio



Calros Enrique Ford




Laura Vacs




Maria Isabel Romero





Pat Amodei




Sandro Borghini





Ricardo Gersbach


Silvia Poveda



Sandra Tabera


Chuni Torrassa



Nelida Lanza


Victoria Braunstein




Sandra Machado

Laura Gerlero



Malvina Fernandez



Margarita Garcia Simon